En la
Universidad América Latina te damos la más cordial bienvenida
a una nueva experiencia educativa. Consideramos que cada una de las materias
de tu formación profesional, deberán ser precisamente, las que te ayuden
a conocer y saber aplicar una serie de herramientas metodológicas que servirán
para que tu proceso de aprendizaje sea más eficiente.
En esta ocasión, nos corresponde trabajar la asignatura denominada
Filosofía Moral cual consta de
12 Sesiones de estudio agrupadas en
3 Módulos.
Cada módulo está diseñado, como prácticamente en todas asignaturas,
para ser cursado en una semana durante la cual deberás asistir, via internet,
a tres clases (ya sea en directo o de forma diferida), analizarás los Textos
Base que se te propongan, participarás en foros y/o chats, elaborarás diversos
trabajos académicos (mapas conceptuales, esquemas, cuadros de referencias,
resúmenes, síntesis, ensayos, etc.) relativos a los textos base. La evaluación
de la materia estará basada en todas las actividades desarrolladas además
de un breve examen que se presentará al final de cada módulo.
Te deseamos el mejor de los éxitos.
• Filosofía Moral •
La filosofía moral es el intento de alcanzar un entendimiento
sistemático de la naturaleza de la moral y de lo que exige de nosotros
—en palabras de Sócrates, de “cómo debemos vivir”, y por qué—. Sería útil
que pudiéramos empezar con una definición sencilla y no discutible de la
moral, pero esto ha resultado imposible. Hay muchas teorías rivales, cada
una con una concepción distinta de lo que significa vivir moralmente, y
cualquier definición que vaya más allá de la simple formulación de Sócrates
está destinada a ofender a una u otra.
La moral es, como mínimo, el esfuerzo de guiar nuestra
conducta por razones —esto es, hacer aquello para lo que hay las mejores
razones— al tiempo que damos igual peso a los intereses de cada persona
que será afectada por lo que hagamos. Eso nos da, entre otras cosas, una
imagen de lo que significa ser un agente moral responsable. Tal agente es
alguien que se preocupa imparcialmente por los intereses de cada uno de
quienes se verán afectados por lo que hace; alguien que distingue cuidadosamente
los hechos y examina sus implicaciones; alguien que acepta principios de
conducta sólo después de analizarlos con cuidado para estar seguro de que
son firmes; alguien que está dispuesto a “escuchar la razón”, incluso cuando
esto significa que tendrá que revisar sus convicciones previas, y, finalmente,
alguien que está dispuesto a actuar siguiendo los resultados de su deliberación.
Por supuesto, como es de esperarse, no toda teoría ética acepta este “mínimo”. Como veremos, se ha impugnado de diversas maneras esta imagen del agente moral. Sin embargo, las teorías que rechazan la concepción mínima tienen serias dificultades. La mayoría de los filósofos se ha dado cuenta de esto y, por ello, la mayor parte de las teorías de la moral incorporan la concepción mínima, de una manera u otra. Los filósofos están en desacuerdo, no sobre este mínimo, sino sobre cómo se debe extenderlo, o quizá modificarlo, con el fin de alcanzar una visión enteramente satisfactoria